San Camilo: Legendaria Montaña Apureña
San Camilo, la legendaria selva de la lengüeta occidental de Apure, estuvo integrada al macizo boscoso de Caparo, Cutufí y Arauca (Colombia), que ocupaba mas de un millón de hectáreas. Condiciones ambientales favorables permitieron el establecimiento de San Camilo, una exuberante matriz forestal que albergó una profusa manifestación de vida y generó un hecho cultural, manifiesto en la aureola mítica que encerraba la selva.
Omar Carrero Araque
Forestal, Docente
Co-fundador de la Estación
Experimental
de Caparo.
Baquiano
Una intrincada red fluvial
compuesta por más de una docena de corrientes de envergadura como las
del Sarare, Burgua y Uribante, siempre “de orilla a orilla” y un piso
cubierto casi por completo de pequeñas terracetas (zuros o tatucos) de
hasta un metro de altura, dificultaban enormemente el tránsito, a tal
punto que los llaneros veían a la montaña como el “infierno vivo”; un
epíteto bien ganado por las dificultades que encerrada la selva, donde a
lo inhóspito del paraje se sumaba su aislamiento y su condición
fronteriza que la convirtieron en un paraíso para bandoleros, y
salteadores de caminos y, en épocas más recientes, en aliviadero para
los grupos de la guerrilla colombiana.
Hoy en día, la selva ha
desaparecido casi por completo a pesar del intento del Estado para
conservarla, primero declarando parte de ella, unas 430.000 ha como
reserva forestal y después como parque nacional (P.N. Río Viejo de
80.000 ha) en un intento por mantener el último relicto de la selva (2).
Su historia legendaria sólo permanece en algunas crónicas y en la
memoria de los viejos llaneros que aún viven.
Es imperativo el rescate de
estas crónicas y estos recuerdos para que no corran la misma suerte que
la selva, una tarea a la cual se han abocado los investigadores de las
ciencias sociales. La revisión de algunos trabajos dejan ver que San
Camilo aparece señalada en las crónicas de los viajeros desde los
tiempos de los Welser, con los viajes de Nikolaus Federman (8). Durante
la independencia se registra la batalla que perdió allí el Coronel
Antonio Nicolás Briceño (El Diablo), cuya derrota permitió su captura y
posterior fusilamiento en Barinas, en junio de 1813 (1). También se
recuerda que Páez, al mando de 700 soldados pasó por esta montaña en
1819, en viaje de Guasdualito a Barinas (7). Más recientemente, hacia
la primera mitad de siglo XX, se reseña el intenso intercambio comercial
entre el alto Apure, Táchira y Colombia, sobre todo con el negocio
ganadero, que movilizó más de 140.000 reses entre 1935 y 1938, de lo que
se desprende que si en cada viaje se arreaban unas 300 reses, fue
necesario realizar unos 115 viajes por año (5). El trayecto entre
Guasdualito y San Cristóbal es de 300 Km, de los cuales 125 estaban
ocupados por la selva.
Las conversas con viejos
llaneros recuerdan que la primera parte del viaje se realizaba por la
sabana y que los “llaneros de a caballo” eran los encargados de llevar
el ganado hasta Los Mangos, una Fundación distante 95 Km de Guasdualito,
justo hasta donde comenzaba la montaña, pues desde allí, los “Cagones”
se encargaban de las runflas. Éstos eran los peones de pantalón corto
que arreaban el ganado a pie. Como dato curioso se señala que para ese
tiempo una arroba de carne valía 4,50 Bs en Guasdualito y 6 Bs en San
Cristóbal (5).
Se menciona también el paso del
Profeta por la montaña en la primera década del siglo pasado. Según
testimonio de Erasmo Rosales habitante de San Camilo, su padre conoció
al Profeta quien tenía por nombre Laureano Ojeda y escribía salmos en
hojas de platanillo (comunicación personal).
El viejo Casimiro Delgado en
Guasdualito, con sus 80 y tantos años a cuestas todavía recuerda sus
viajes por San Camilo y en un esfuerzo memorístico hilvana algunas
coplas en las que mienta las 32 travesías de la montaña (3). Una
travesía era el recorrido que se hacía entre uno y otro Paradero, sitios
de descanso después de una jornada. El ganado se “paraba” en pequeños
claros del bosque, hechos a propósito, con capacidad para 100 -120
reses. Se requerían 8 días para atravesar la montaña llevando ganado, y
4 si se andaba escotero (persona que anda sin maleta o sin
bastimento)(4).
Los
Paraderos más nombrados aparecen registrados en documentos de la época
o en la memoria de los viajeros que aún quedan, como el caso de Don
Pedro Rodríguez en El Cantón de Barinas o Casimiro Delgado en
Guasdualito.
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Imagen : Por los Llanos de Apure, Calzadilla Valdés |
Uniendo los relatos de Casimiro
Delgado, Pedro Rodríguez y Calzadilla Valdés, ha sido posible
restablecerlos, sobre todo los más conocidos. En las coplas que se
cantan en el alto llano se recuerda que la montaña tenía treinta y dos
travesías. Las más nombradas fueron: 1. El Escoplo – 2. Rivera – 3. Mi
Ruta – 4. El Biscocho – 5. San Agustín – 6. El Hoyo – 7. Palmas Quemadas
– 8. Concha – 9. José Miguel – 10. Mancilla – 11. Santo Tomás – 12.
Somaza – 13. La Pica – 14. San Ignacio – 15. El Registro – 16. El Burro –
17. Marquito – 18. Marcos Toro 19. La Piedra – 20. Los Isleños – 21. El
Rial – 22. Los Guillenes – 23. Bravo Ricaurte – 24. Bruja – 25. Santa
Bárbara – 26. La Ceiba – 27. San Juan – 28. El Chiquito – 29 Canoas -
30. Los Medanitos – 31. Tinajas 32. El Puerto.
Los arreos no siempre seguían
esta ruta porque las dificultades del terreno, las inundaciones o los
grupos de asaltantes los obligaban a desviarse hacia otros paraderos
como los de Gritadero – Hospital –– El Loco – Buenos Aires – Tronqueras
– La Burusa – La Barriga – Mansilla – Las Tapas – Grifo – El Delito –
El Burro – La Piedrita – Cobalongo – Macolla – Pensamiento – Rancho
Cuero – Chiricoa – El Tapón – El Burgua – San Roque – Canoas – El Banco
– La Ratona – Tinajitas – Casa de Juan Murillo y Buena Vista.
También se recuerdan los sitios
que tuvieron renombre por la dificultad que presentaban para
sobrepasarlos (el Barrizal de Las Auyamas, Los Pozones de Ricaurte, las
Saltanejas de Santo Tomás y el paso del Burgua) (5).
Igualmente se memora a esos
hombres que se hicieron leyenda por su baquía y valor para enfrentar los
peligros que encerraba la montaña. Muchas veces sus hazañas eran
agrandadas por la imaginación popular lo que al final los hacía ver como
seres sobrenaturales, inmortalizados en leyendas, coplas y corridos.
Entre los Caporales se recuerda a Luis Rojas, Santos Blanco y Pantoja, entre los Cabresteros a Casimiro Delgado y, entre “los Cagones”
a Pedro Rodríguez. El Caporal era el responsable de las cuentas y
gastos del viaje y los negocios en San Cristóbal. El Cabrestero era el
responsable de la conducción del ganado hasta el final del viaje. Al
cumplirse cada travesía, el Caporal situado en un punto estratégico
contaba las reses que entraban a los corrales, si la cuenta daba
correcta gritaba Viva La Virgen!!!!, pero si faltaba alguna res
se designaba a un grupo de peones para regresar a buscarlas, no pudiendo
continuar el viaje hasta tanto no aparecieran (4). Este contratiempo
generaba demoras no deseables y aunque generalmente las reses se
encontraban con relativa facilidad, dado lo intrincado de la vegetación
que les impedía extraviarse, todos los viajeros ponían mucha atención
para evitar esta situación.
Dada la necesidad de hacer el
arreo a pié por las características del terreno, los peones se protegían
con una especie de botines, hechos de cuero crudo. De resto, durante
la jornada iban vestidos con un pantalón corto camiseta o franela, un
cuchillo y un garrote largo.
Nota: En el léxico llanero, el término Montaña tiene significado de bosque o selva y no la geográfica de elevación del terreno.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1. Antonio Nicolás Briceño - Efemérides Venezolanas
www.efemeridesvenezolanas.com/html/diablo.htm
2. Atlas de Vegetación de Venezuela
Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables.
Caracas, 1985.
3. Casimiro Delgado
www.guasdualito.com/delgado.php -
4. Calzadilla Valdés, F.
books.google.co.ve/books?isbn=9802760854...
5. Caminos- ganadería – Comercio y poblaciones andinas entre Venezuela y Colombia. Siglos XVI – XX
servidor-opsu.tach.ula.ve/profeso/maldo_h/a/camin_g_c.pdf -
6. Capitulo VI. Ocupación y poblamiento del Gran globo del Uribante
opsu.tach.ula.ve/ascen_acro/maldon_h/cont/capitulo_6.pdf -
7. DOCUMENTO 16 | banrepcultural.org
www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/.../doc16.htm -
8. Federmann, N. 1557.
"Indianische Historia. Ein schöne kurtzweilige Historia Niclaus Federmanns des Jüngern von Ulm erster raise", Ulm, Germany
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